Es sabido que las generaciones jóvenes, a quienes denominamos “nativos digitales” porque conocieron antes en vida el teléfono celular que el receptor de televisión, son reacios a sintonizar TV lineal, sea de aire o de paga (cable, satélite).
Esto se refleja en las cifras de audiencia de TV gratuita en todo el mundo y de ‘cable y satélite’ cuando hay buena conectividad y abundan otras opciones, como las redes sociales, YouTube, los videojuegos y el “streaming”.
Esta decadencia relativa de la TV lineal ha debilitado su faz económica, con miles de anunciantes en todo el mundo huyendo hacia los ‘influencers’ y la publicidad en medios digitales.
La ‘nueva TV’ se basa en otra cosa: comprender que la atención mental de los nativos digitales funciona de manera diferente a la de sus antecesores analógicos.
La representación gráfica de esta atención mental en el tiempo sería como un electrocardiograma, con máximos y mínimos muy marcados en lapsos muy breves, en tanto los ‘nativos analógicos’ tienen atención continua, con máximos y mínimos no inmediatos, y dentro de un rango menos variable.