Ante las recientes lluvias en el territorio nacional, el Gobierno del Presidente Nayib Bukele continúa con las acciones del Plan Invernal 2022 para evitar afectaciones para la población, tanto en su bienestar como en su economía familiar.
Por las fuertes precipitaciones registradas, sobre todo a inicios de este mes, el Gobierno se mantiene vigilante que estas no afecten la producción de granos básicos a escala nacional. Es así como, a la fecha, tras el paso de la tormenta tropical Bonnie en el país, no hubo afectaciones de mayores proporciones.
“De acuerdo con los informes que tenemos de daños y afectaciones ocasionados por tormentas en los cultivos de maíz, nos indican que no ha habido daños significativos en la producción”, puntualizó el ministro interino de Agricultura y Ganadería, Enrique Parada.
De acuerdo con el titular de Agricultura, las lluvias que cayeron hace unas semanas afectaron, en su mayoría, a la zona costera donde se concentran actividades como la pesca y, se focalizaron también, al occidente del país; no obstante, por la edad de las plantas de algunos cultivos “es posible darles un manejo y recuperarlas”.
El ministro puntualizó que los posibles daños encontrados en los cultivos fueron parciales y no de una cantidad significativa, sino alrededor de 40 manzanas con daño parcial, siendo que solamente una pequeña porción mostraba afectación pero que, actualmente, trabajan en recuperar estas áreas.
“Hemos hecho inspecciones presenciales con técnicos especialistas de varias instituciones; hemos, incluso, hecho inspecciones aéreas, donde es posible ver las áreas desde altura (…) He hablado con productores de diferentes zonas, tenemos un contacto constante con ellos y ninguno ha reportado daños significativos en sus parcelas”, agregó el funcionario.
Por otro lado, se reitera el compromiso del Gobierno del Presidente Bukele, a través de la Defensoría del Consumidor y otras instituciones, para evitar el acaparamiento, la especulación y otro tipo de acciones que conlleven a incrementar injustificadamente el precio de los productos de la canasta básica y otros insumos alimentarios que consume la población, sobre todo en una época de crisis provocada por la inflación mundial.