CRÓNICA DE UN EVENTO INUSITADO…

Alexander Campos Símbolo Poético de El Salvador

Según cuenta la historia (por lo menos la reciente) no se había visto en San Juan de Pasto, Nariño, Colombia ese deseo descomunal de la sociedad por asistir masivamente a un evento poético, no se sabe si es porque nunca se había organizado de tal manera como lo ha hecho, quién sin lugar a dudas es el artífice de este bello regalo artístico como lo es el amigo connotado poeta, escritor y gestor cultural Julio Cesar Chamorro Rosero  junto a un grupo excepcional de amigos y de instituciones que se han involucrado sin ningún interés, nada más con el deseo de apostarle a que todo salga de estupenda manera y de magnífica forma, tal como se va dando (porque este día fue la inauguración del IV festival internacional de Poetas por la paz, impulsado por la casa de Montalvo, núcleo de Ipiales). 

La otra razón podría ser que se está despertando en la humanidad una nueva manera de ver, de percibir la poesía, porque la gente hizo larga fila, abarrotó el Teatro Imperial de la Universidad de Nariño no dejando espacios para más asistentes, pues según se supo, por cuestiones de medidas de seguridad en salud a muchos no se les permitió el ingreso al sagrado recinto cultural. 

Las altas autoridades de la Universidad de Pasto dieron la bienvenida a los poetas y al público asistente, personeros  gubernamentales han dado las facilidades para el hospedaje (y de lujo) para los poetas internacionales y los nacionales que han llegado de otros estados del país, las organizaciones sociales, como el sindicato de maestros ha dicho decididamente presente, los medios de comunicación han promovido en detalle la agenda a desarrollarse en cada uno de los lugares anfitriones, la comuna de Guachucal y Colimba han sigo unos decididos acompañantes de este magno evento, Ipiales representado por Julio César y su amada esposa Ana, han mostrado de hecho, aún en medio de un evidente cansancio, la gracia plena de hacernos sentir como en casa… y los poetas, si los poetas asistentes maravillosos y dignos artífices de la palabra y del canto que cala el alma de cada asistente que ovacionó en inusitadas algarabías cada número, cada auténtica participación artística. 

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Por lo que concierne a Roberto, Malu, Katia artistas de Brasil y a su atento servidor Alexander de El Salvador, rendimos al igual que a Julio César, un merecido reconocimiento a nuestros nuevos amigos Enrique Herrera, insigne historiador del estado de Nariño y a Ricardo Rueda, maestro directivo del sindicato y profesor de química y biología, quienes nos han hecho liviano y maravillosa la estadía en este grandioso y honorable IV festival internacional de poetas en Colombia. En broma (pero serio) les he dicho muchas veces que somos sus hermanos putativos porque nos han adoptado y tratado con especial e indiscutible afecto, muchas gracias estimables amigos.

Lo más importante por decir, es la gratitud que debemos tener con El Altísimo Padre celestial, quién nos ha permitido vivir estos instantes que dignifican la vida y que nos hace saber que los sueños se hacen realidad cuando se cree en ellos y se lucha infatigablemente por alcanzarlos, gracias señor Todopoderoso. 

De mi parte un inmenso abrazo a mi hermosa familia por apoyar la conquista de mis sueños, a la Caja de Crédito de la ciudad de Usulután que decididamente patrocinó la compra de los boletos aéreos para asistir al evento, a los amigos sinceros que siempre están pendientes de los triunfos que se avecinan y estimulan su alcance, y de verdad al país por permitir que humildemente cada uno de nosotros podamos mostrarnos con categoría, con calidad ante los ojos del mundo.

Muchas y maravillosas gracias a todos y todas. ¡

¡¡Viva el Salvador… Viva Colombia… Vivan los países que se ven representados por cada poeta asistente en esta alargada tertulia de arte, de vida!!!