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“Hazme reír”: con esta frase Donald Trump descalificó las energías renovables durante su discurso en la Asamblea General de la ONU, pronunciado el 23 de septiembre en Nueva York. El mandatario aseguró cómo la transición hacia modelos sustentables en Europa puso en riesgo la estabilidad económica de varios países, a los que señaló por “estar al borde de la destrucción” debido a la apuesta por tecnologías verdes.
Al presentar sus argumentos, Trump incluyó a Alemania como caso emblemático. Mencionó que el país europeo inició un camino hacia políticas verdes, sin embargo, según sus palabras, terminó en “bancarrota” y luego retornó a combustibles fósiles y energía nuclear. Para el presidente de Estados Unidos, ese giro evidenció un error de estrategia energética en la región.
El discurso también abordó la reducción de emisiones. Trump indicó que Europa logró bajar su huella de carbono en 37 por ciento, aunque a su juicio ese avance implicó la pérdida de empleos y fábricas. “Costó muchos empleos y muchas fábricas, pero redujeron la huella de carbono en un 37%” señaló frente a la audiencia internacional.
Otro punto destacado fueron las consecuencias sociales que atribuyó a los altos costos de electricidad en países europeos. Trump aseguró que la imposibilidad de encender aparatos de climatización contribuyó a la muerte de miles de personas en verano. “Europa pierde a más de 170.000 personas debido al calor cada año, porque el costo es tan alto que no pueden prender el aire acondicionado” afirmó, estableciendo una conexión directa entre precios energéticos y mortalidad.
Más adelante, el mandatario contrastó esas cifras con la situación en su país. Argumentó que los precios del petróleo y gas disminuyeron, mientras la electricidad resultaba más accesible. En esa línea, defendió el uso de carbón, gas y petróleo, al referirse a esos recursos como “bellísimo y limpio carbono” disponible en grandes reservas estadounidenses. Sostuvo que su administración impulsaba una política de exportación de energía para garantizar seguridad y competitividad en el ámbito global.
Críticas a las políticas climáticas promovidas por Naciones Unidas también ocuparon un espacio en su intervención. Trump recordó previsiones de catástrofes hechas en décadas pasadas y dijo que no se cumplieron. Señaló además que los compromisos asumidos en tratados como el Acuerdo de París representaron un costo desproporcionado para Estados Unidos, mientras otros países mantuvieron condiciones más favorables.
Finalmente, al cerrar, el presidente de Estados Unidos llamó a líderes internacionales a defender tradiciones, soberanía y fronteras, vinculando esos temas con la necesidad de evitar lo que denominó “engaño verde”. Reiteró que políticas energéticas equivocadas pueden llevar a un retroceso económico en sociedades desarrolladas, sin ofrecer beneficios tangibles para el medio ambiente.