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La diverticulitis es una afección del colon que puede provocar dolor intenso, especialmente en la parte inferior izquierda del abdomen, y que suele aparecer con mayor frecuencia en personas de edad avanzada. De acuerdo con la Dra. Christina Warner, cirujana colorrectal del Hospital Houston Methodist, se trata de la inflamación o infección de pequeñas bolsas llamadas divertículos que se forman en la pared del colon, condición conocida como diverticulosis.
Aunque la causa exacta no está clara, los divertículos tienden a formarse en zonas de debilidad natural, sobre todo en el colon sigmoide, un segmento estrecho en forma de “S” donde la presión es más alta. Factores como la edad, la obesidad, una dieta baja en fibra, el desequilibrio de la microbiota intestinal y antecedentes familiares aumentan el riesgo.
Un ataque leve de diverticulitis puede sentirse como un dolor intermitente o en forma de calambre, a menudo más fuerte después de comer. En casos graves, el dolor es constante y puede ir acompañado de fiebre, náuseas, vómitos y, en situaciones extremas, perforaciones del colon. Estas complicaciones pueden derivar en abscesos o fístulas, que requieren atención médica urgente.
La duración y el tratamiento dependen de la gravedad. Los casos leves suelen mejorar con dieta blanda o líquida durante unos días, mientras que los más intensos pueden requerir antibióticos orales o, si hay complicaciones, hospitalización, antibióticos intravenosos, drenajes o incluso cirugía.
La Dra. Warner aclaró a NotiPress que no hay evidencia que respalde la idea de evitar nueces, semillas o alimentos como tomates y maíz para prevenir brotes. En cambio, recomienda dejar de fumar, mantener un peso saludable, ejercitarse con regularidad y seguir una dieta rica en fibra con buena hidratación, limitando el consumo de carne roja y procesada.
Los signos que requieren acudir a urgencias incluyen dolor abdominal que empeora, fiebre, escalofríos, náuseas, vómitos, sangre en las heces y dificultad para evacuar o expulsar gases.
En cuanto a recurrencia, no es posible predecirla, aunque la gravedad inicial puede repetirse. Un episodio grave con absceso, por ejemplo, podría llevar a considerar cirugía preventiva, mientras que un cuadro leve aislado suele manejarse con tratamiento médico sin intervención quirúrgica.