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A días del inicio de la ronda final de negociaciones del Tratado Global de la ONU para Poner Fin a la Contaminación por Plásticos (INC-5.2), un estudio encargado por la Business Coalition for a Global Plastics Treaty proyecta beneficios económicos sustanciales si se implementan reglas internacionales que cubran todo el ciclo de vida del plástico.
La investigación, realizada por la consultora Systemiq, concluye que la adopción de un marco global podría evitar un aumento del 68% en la generación de residuos plásticos hacia 2040. Además, el volumen de plásticos mal gestionados podría reducirse hasta en un 90% ese mismo año si se establecen regulaciones enfocadas en limitar el uso innecesario, promover el ecodiseño y adoptar modelos de economía circular.
Uno de los hallazgos clave es el potencial de ahorro público. De aplicarse un acuerdo global ambicioso, los gobiernos del mundo podrían reducir gastos en más de 200 mil millones de dólares entre 2026 y 2040, aliviando presiones presupuestarias especialmente en países de ingreso bajo y medio, donde la gestión de residuos representa entre el 10% y el 20% de los presupuestos municipales.
“Estamos una vez más en un momento decisivo para el futuro del planeta […] con un ahorro público acumulado estimado de 200.000 millones de dólares entre 2026 y 2040. Esto es especialmente importante teniendo en cuenta que los costes de gestión de residuos ya suponen una carga significativa para las autoridades locales”, afirmó a NotiPress Luisa Santiago, directora ejecutiva para América Latina de la Fundación Ellen MacArthur.
En América Latina y el Caribe, la implementación del tratado requerirá inversiones adicionales cercanas a los 50 mil millones de dólares. No obstante, los beneficios estimados superan estos costos. Solo en la gestión de residuos, los gobiernos de la región podrían ahorrar mil millones de dólares anuales, según el mismo informe.
El estudio destaca también la importancia de una transición justa, en la que se reconozca el papel de recicladores y comunidades vulnerables. “México es un líder natural en el contexto latinoamericano […] Una transición justa no solo promueve un mayor equilibrio entre países desarrollados y en desarrollo, sino que también minimiza los impactos en las comunidades más vulnerables”, señaló Santiago.
México ha participado activamente en las negociaciones del tratado al unirse a la High Ambition Coalition to End Plastic Pollution, y ha impulsado iniciativas nacionales como el Pacto por los Plásticos en México (PPMX), lanzado en 2024.
En respaldo a las negociaciones, más de 290 empresas —incluyendo Coca-Cola, Nestlé, Unilever, PepsiCo y Walmart— firmaron una carta abierta dirigida a los negociadores. En ella solicitan que el tratado incluya compromisos vinculantes sobre eliminación de plásticos problemáticos, estándares de diseño y responsabilidad extendida del productor (EPR).
Los firmantes argumentan que estas medidas no solo permitirán reducir la contaminación, sino también generar valor económico y social al promover la innovación, reducir costos y mejorar la claridad regulatoria a nivel global.