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De acuerdo con Masoud Pezeshkian, presidente de Irán, los bombardeos de Estados Unidos sobre las instalaciones de uranio enriquecido son un retroceso para el Tratado de No Proliferación Nuclear. Tras una solicitud del Parlamento de Irán para su separación del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), la dirección de la agencia nuclear señaló el 25 de junio que la comunidad internacional debe inspeccionar las plantas de procesamiento nuclear en las tres instalaciones atacadas.
El director de OIEA, Rafel Grossi, informó en entrevista con una emisora francesa RFI que los daños sobre las instalaciones nucleares inhabilitaron las capacidades operativas del proyecto nuclear iraní. Si bien alrededor del 60% de los 408.6 kilos de uranio enriquecido no cuentan con una confirmación oficial sobre su paradero, autoridades nucleares comentaron que las inspecciones son requeridas para confirmar el estado del material atómico.
A través de declaraciones compartidas el 27 de junio con la agencia oficial de Rusia, TASS, el presidente Pezeshkian denunció las acciones de Estados Unidos e Israel como una violación de acuerdos internacionales. Aunado a las Convenciones de Ginebra, los bombardeos a Natanz, Fordo y Esfahan vulneraron al personal de la OIEA que se encontraba en la supervisión de las instalaciones nucleares.
Debido a la complejidad de mover y almacenar uranio enriquecido en el contexto de guerra con Estados Unidos e Israel, Irán decidió retirarse de la OIEA sin suspender por completo la interacción con el personal técnico y administrativo. Según el ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, esta distancia busca salvaguardar la integridad del programa nuclear iraní ante los intereses internacionales de desmantelamiento.
Al respecto de la seguridad de Irán, los gobiernos de de Reino Unido, la Unión Europea, y Canadá sostienen que prevenir el desarrollo de la infraestructura nuclear del país tiene prioridad. Esta postura se encuentra cerca del discurso del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien aseguró en su perfil de Truth Social que el gobierno iraní debe ceder ante las exigencias estadounidenses.
En un comunicado de las Naciones Unidas, Grossi advirtió que falta información crucial para determinar el estado del uranio enriquecido en Irán, así como los datos respecto a posibles daños. Entre las dificultades de trasladar el material radiactivo se encuentran sus efectos sobre la salud y el medio ambiente, para lo cual se requieren contendedores de alta presión.