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Durante una sesión informativa con especialistas de Mayo Clinic, el Dr. Mikel Prieto, cirujano de trasplantes y director quirúrgico del programa de trasplante renal pediátrico en Rochester, Minnesota, abordó los cuidados posteriores a la donación de riñón. El encuentro, seguido por medios como NotiPress, permitió conocer los detalles clínicos y personales relacionados con este proceso.
La cirugía para la extracción de un riñón en donantes vivos se realiza actualmente mediante técnicas laparoscópicas. Estas intervenciones se caracterizan por requerir incisiones pequeñas, lo que minimiza la invasión al cuerpo. “La cirugía donante es muy segura, los donantes se recuperan rápido y no tiene ningún problema a largo plazo”, indicó el Dr. Prieto, aludiendo a la experiencia acumulada en la institución.
Una vez realizada la intervención, el periodo de recuperación se estima en seis semanas. Durante este tiempo, el donante debe seguir indicaciones médicas para asegurar una buena evolución. “El periodo total es de seis semanas. Una vez que el donante se ha recuperado, es una persona que ha vuelto a su vida normal”, señaló el especialista. Este punto fue destacado como una de las garantías que ofrece el procedimiento en centros con amplia trayectoria.
No existen requerimientos especiales para quienes donan un riñón, ya que las recomendaciones coinciden con aquellas dadas a cualquier persona en general. Llevar una vida saludable, evitar hábitos nocivos como el tabaquismo o el consumo excesivo de alcohol, así como mantener revisiones médicas periódicas, forman parte de las sugerencias estándar.
Igualmente, el Dr. Prieto aclaró que el acto de donar no representa un riesgo añadido para desarrollar enfermedades futuras. “Un donante no tiene mayor riesgo de tener enfermedades a largo plazo que un no donante”, afirmó, basado en estudios de seguimiento realizados en múltiples países. Esta afirmación responde a una de las principales inquietudes sociales en torno a la donación de órganos.
Además de la seguridad clínica, se destacó la importancia de realizar el procedimiento en hospitales con experiencia reconocida. Esto se debe a la necesidad de evaluar con precisión el estado de salud del donante antes de la operación. Los equipos médicos especializados aplican protocolos estrictos para asegurar que la persona se encuentre en condiciones óptimas antes de la cirugía.
También, la intervención no requiere cuidados diferenciados más allá del periodo de recuperación. Se sugirió realizar chequeos periódicos, mantener un estilo de vida saludable y seguir las indicaciones del equipo médico como parte del seguimiento habitual. Esta orientación permite a los donantes retomar sus actividades sin limitaciones ni restricciones especiales. El testimonio médico y los datos clínicos compartidos durante la sesión confirman la viabilidad de vivir con un solo riñón sin impacto negativo en la calidad de vida, siempre que el proceso se realice en condiciones adecuadas.