NotiPress
Una sensación de aleteo en el pecho puede parecer inofensiva, pero en ciertos casos representa un signo clínico de advertencia. La fibrilación auricular (FA), uno de los trastornos más comunes del ritmo cardíaco, puede ser detectada incluso en ausencia de síntomas perceptibles. Esta información proviene de la organización médica Mayo Clinic, la cual detalla los efectos y tratamientos de esta condición.
En casos de fibrilación auricular, se presentan latidos irregulares en las cámaras superiores del corazón, lo que dificulta el bombeo eficiente de sangre al resto del cuerpo. Esto eleva el riesgo de complicaciones como accidentes cerebrovasculares. Según Mayo Clinic, “aproximadamente 1 de cada 7 accidentes cerebrovasculares está relacionado con la FA”. En estos casos, el 90% de los coágulos responsables se originan en el apéndice auricular izquierdo, una pequeña cavidad ubicada en la aurícula izquierda del corazón.
Los factores de riesgo para padecer un accidente cerebrovascular en personas con FA incluyen hipertensión arterial, antecedentes de ACV, edad avanzada, sexo y enfermedades como insuficiencia cardíaca, diabetes o enfermedad coronaria. El tratamiento se adapta a cada caso e incluye medicamentos, cardioversión y procedimientos médicos.
Entre los medicamentos más recetados se encuentran betabloqueantes, anticoagulantes, antiarrítmicos y bloqueadores de canales de calcio. Mayo Clinic señala que estos ayudan a prevenir coágulos, controlar la frecuencia de los latidos y mantener un ritmo cardíaco estable. En ocasiones, los medicamentos deben administrarse de por vida.
La cardioversión es un procedimiento programado que restablece el ritmo cardíaco normal. Aun así, la FA puede reaparecer a pesar del tratamiento. Para quienes requieren intervención adicional, existen procedimientos como la oclusión del apéndice auricular izquierdo. Este método mínimamente invasivo implanta un dispositivo mediante un catéter que sella dicha cavidad y reduce el riesgo de coágulos.
Otra opción es la ablación, que busca eliminar las señales eléctricas anómalas responsables de la arritmia. Se realiza introduciendo un catéter desde la ingle hasta el corazón, utilizando calor o frío para modificar el tejido afectado. En casos seleccionados, se emplea ablación con campos electromagnéticos pulsados (PFA). Esta técnica ofrece mayor precisión y seguridad, ya que “utiliza pulsos eléctricos cortos para llegar directamente al miocardio, minimizando el daño al esófago y los nervios”.
Para FA persistente de larga duración, Mayo Clinic propone la ablación híbrida, que combina cirugía y cateterismo. Se efectúa en dos fases: una primera con intervención endoscópica en la parte posterior del corazón y cierre del apéndice, seguida de una ablación interna con catéter.